miércoles, junio 29, 2005

Piedras

Escribo el magnífico susurro de Leire (Najwa Nimri) en el final de la película Piedras, de Ramón Salazar. Reflexiones desde la distancia, no solo física, después de romper con su vida y amor en Madrid e irse a Lisboa, sino también espiritual. Un ejercicio que deberíamos hacer todos cada día, ver las cosas desde la perspectiva y seguir el camino de lo que realmente queremos ser. Un claro ejercicio de ego y crecimiento personal individual.

(…) Lisboa es rara. Es una ciudad donde tengo recuerdos que nunca he vivido. Pero me hace ir despacito, más tranquila, con dos dedos, torpe pero acertando en las letras que quiero dar.

Estoy tranquila, por fin. Al menos ya no siento que me muero por dentro. Eso es bueno, ¿no?Y tengo ganas, pequeñas, pero ganas de empezar otra vez. Y olvidarme de que esta y cualquier ciudad están tan tristes como yo. Y notar que estoy cambiando, aunque sólo sea un poco. Bueno, si es mucho, mejor.

¿Has visto que egoístas nos volvemos cuando estamos solos?

¿Tú crees que nos enamoramos sólo para no estar solos?

Espero que lo que tienes ahora sea lo que siempre soñaste tener.¿Dónde irán los sueños cuando no los conseguimos? Porque a algún sitio tienen que ir. Aunque creo que al final los sueños no son más que una excusa. Pero una excusa muy gorda. Son la excusa para vivir. Por eso a veces también se convierten en la mirada nostálgica de lo que nunca fuimos.

Qué putada, asumir que nunca serás lo que deseaste. No esperarlo siquiera, joder.

Deseo…deseo…deseo…

Quiero con todas mis fuerzas ser feliz. Y con eso hacer un poquito feliz a los que me rodean. Eso es lo que siempre quise.

Ay, qué bien, ¡qué bien Lisboa!