Auto-control / Ego / Celos
Hay comportamientos que están relacionados directamente con el abandono del ego y con la necesidad de querer controlar la vida de los demás. A veces, nos resulta más fácil dirigir las acciones ajenas que nuestros propios actos.
Los celos, no dejan de ser una manifestación de miedo, en el que la persona que los siente, en realidad, culpa de su propia falta de auto-estima a la persona que provoca ese sentimiento. Esto no deja de ser una posición de relativa comodidad y de sumisión total a los sentimientos. Debemos aprender y saber que reprimir con nuestro sentimiento las acciones de una tercera persona, a largo o a corto plazo, no lleva a nada positivo.
Yo no siento celos. A través de una mezcla entre naturalidad y aprendizaje he podido concluir que no impediré a nadie que coincida en mi vida, nada de lo que quiera hacer. Las personas que estén a mi lado, lo deben hacer por propia voluntad y nunca por ningún tipo de chantaje sentimental. A veces, mis "no celos" son juzgados como falta de amor. Yo entiendo que, son las personas que no desarrollan celos los que aman y, son los celosos los que quieren, en un acto absoluto de posesión.
No debemos abandonar nuestro trabajo personal de ser quien queremos ser, no podemos actuar únicamente como sentimos. Hay una fórmula, que es trabajada por la razón, para llegar a conclusiones globales mucho más universales. Pienso que los sentimientos personales que anulan la libertad de los demás son sentimientos que debemos trabajar día a día para construir verdaderas relaciones de amor y libertad.
Deberíamos ser condescendientes con los sentimientos de los demás, aunque estos pasen por la "perdida", muchas veces imaginaria, muchas veces basada en el miedo, del ser amado. El amor no se puede forzar y cuanto más se intente hacerlo, más rechazo se provoca.
El concepto de ego lo entiendo como cultivo individual, de no olvidarnos nunca que somos lo más importante y es ese proceso de amor a uno mismo el que debe atraer el amor de los demás.
Hay que dejar la esclavitud de nuestros propios estados de ánimo, sentimientos y emociones y dominarnos a nosotros mismos. Nuestras vibraciones interiores cambian a voluntad, haciéndonos dueños de nuestros pensamientos, en vez de ser su servidor. Podemos cambiar nuestra polaridad y también ayudar a hacerlo a los demás.
El dolor se evita realizando un proceso de neutralización, ascendiendo al plano superior del ego, así se evitan muchas experiencias que llegan a planos inferiores.
Hay comportamientos que están relacionados directamente con el abandono del ego y con la necesidad de querer controlar la vida de los demás. A veces, nos resulta más fácil dirigir las acciones ajenas que nuestros propios actos.
Los celos, no dejan de ser una manifestación de miedo, en el que la persona que los siente, en realidad, culpa de su propia falta de auto-estima a la persona que provoca ese sentimiento. Esto no deja de ser una posición de relativa comodidad y de sumisión total a los sentimientos. Debemos aprender y saber que reprimir con nuestro sentimiento las acciones de una tercera persona, a largo o a corto plazo, no lleva a nada positivo.
Yo no siento celos. A través de una mezcla entre naturalidad y aprendizaje he podido concluir que no impediré a nadie que coincida en mi vida, nada de lo que quiera hacer. Las personas que estén a mi lado, lo deben hacer por propia voluntad y nunca por ningún tipo de chantaje sentimental. A veces, mis "no celos" son juzgados como falta de amor. Yo entiendo que, son las personas que no desarrollan celos los que aman y, son los celosos los que quieren, en un acto absoluto de posesión.
No debemos abandonar nuestro trabajo personal de ser quien queremos ser, no podemos actuar únicamente como sentimos. Hay una fórmula, que es trabajada por la razón, para llegar a conclusiones globales mucho más universales. Pienso que los sentimientos personales que anulan la libertad de los demás son sentimientos que debemos trabajar día a día para construir verdaderas relaciones de amor y libertad.
Deberíamos ser condescendientes con los sentimientos de los demás, aunque estos pasen por la "perdida", muchas veces imaginaria, muchas veces basada en el miedo, del ser amado. El amor no se puede forzar y cuanto más se intente hacerlo, más rechazo se provoca.
El concepto de ego lo entiendo como cultivo individual, de no olvidarnos nunca que somos lo más importante y es ese proceso de amor a uno mismo el que debe atraer el amor de los demás.
Hay que dejar la esclavitud de nuestros propios estados de ánimo, sentimientos y emociones y dominarnos a nosotros mismos. Nuestras vibraciones interiores cambian a voluntad, haciéndonos dueños de nuestros pensamientos, en vez de ser su servidor. Podemos cambiar nuestra polaridad y también ayudar a hacerlo a los demás.
El dolor se evita realizando un proceso de neutralización, ascendiendo al plano superior del ego, así se evitan muchas experiencias que llegan a planos inferiores.
