sábado, agosto 14, 2010

Apuntes Tántricos

La humildad en nuestras relaciones nos ayudará a solucionar problemas de celos, de posesividad o dominio sobre el otro.
Las personas aunque decidan convivir en pareja, deben de ser y sentirse libres. Nadie es propiedad de nadie. Existe una pareja porque hay humildad, respeto y amor. Si no hay amor, si no hay entrega mutua, entonces no hay pareja.
¿Y para qué quieres alguien a tu lado que no te ama?
La pareja no nos pertenece, mostrar celos, no sólo es poco evolutivo, sino que pone de manifiesto la propia inseguridad personal. Nada va a cambiar las cosas, ni mucho menos los celos, si la pareja ha decido emprender otro camino. Y, una de dos: o no está haciendo lo que debe, o el amor se ha terminado y, entonces, ¿qué sentido tiene seguir adelante?

Lo espiritual surge cuando somos capaces de darnos cuenta de que no somos el Ego. El Ego y su amor por lo que antiguamente llamábamos «pecados capitales», es la máscara que todos, sin excepción, llevamos puesta para desenvolvernos en esta sociedad y «defendernos» en el mundo. La fusión de todas esas energías que nos esclavizan crea esa máscara hecha de materialismo, de orgullo, vanidad, celos, posesividad, etc. Todos y cada uno de los órganos de nuestro cuerpo son receptores de nuestras emociones que almacenan determinadas energías. Mal canalizadas o bloqueadas estas energías nos provocan las enfermedades psicológicas que, al ser removidas, emergen y, al hacerse conscientes, se pueden sanar.

No se debe aceptar ni rechazar nada. No tenemos el suficiente conocimiento como para juzgar si algo es bueno o es malo; eso es sólo soberbia e ignorancia. Podemos hacerlo, en todo caso, en función de los conocimientos científicos que tengamos, y aún así, a la ciencia todavía le queda mucho por investigar.

Da lo mejor que llevas dentro, sin esperar nada a cambio porque desde el momento en que estás esperando algo, estás condicionando tu vida.

lunes, agosto 09, 2010

Los pensamientos que cambian y nos cambian

El poder de la mente humana es el mayor poder que poseemos. Creados en la mente, los pensamientos se manifiestan en palabras y acciones que nos afectan no sólo a nosotros y a los demás, sino finalmente al mundo también. El mundo es, por tanto, un reflejo de nuestra consciencia.

Todo lo que crean los seres humanos se crea primero en la mente, a través de los pensamientos. Nuestras esperanzas, sueños, visiones, nuestras actitudes y valores, nuestra consciencia y maneras de ver el mundo, todo surge de las semillas de nuestros pensamientos. A través de nuestros pensamientos creamos nuestro destino. Por ejemplo, los pensamientos de Edison llevaron al descubrimiento de la electricidad, que ha contribuido significativamente a mejorar el nivel de vida de todos. Los pensamientos de Gandhi llevaron a la liberación a una nación entera a través de la resistencia no-violenta. Esto proporcionó una duradera inspiración a nivel mundial para la resolución de conflictos a través de métodos pacíficos.

Los pensamientos se pueden dividir en cinco categorías:

Pensamientos necesarios, los que son útiles para la vida, tales como “he de comprar esta comida, etc.”

Pensamientos inútiles, que son improductivos, tales como soñar continuamente en ganar una lotería o volver de manera compulsiva hacia algo del pasado una y otra vez.

Pensamientos negativos, que lastiman al ser y a los demás, tales como “no me gustas”.

Pensamientos positivos, que benefician al ser y a los demás, tales como “estoy seguro de que está intentándolo lo mejor que sabe y puede”.
Los Pensamientos que cambian y nos cambian
Pensamientos elevados, que, basados en conocimiento espiritual, refuerzan los vínculos de nuestro ser, tales como “soy un alma pacífica”.

Si queremos cambiar, es obvio que necesitamos crear pensamientos positivos acerca de nosotros mismos y de los demás. A menudo esto es un desafío, ya que con el paso de los años, nos hemos afectado considerablemente por los pensamientos negativos de los otros, tales como nuestros padres, profesores y jefes. Sufrimos de una baja autoestima y una falta de auto-respeto que hace que nos sintamos internamente lisiados a nivel espiritual.

Necesitamos revisar y cambiar tales pensamientos, reemplazándolos con los pensamientos elevados y el poder del amor profundo que viene de conocer nuestra verdadera identidad espiritual.